CRÍTICA

EL INSECTO DURMIENTE (Dir. Yurina Kaneko, 2019).

Por:  Daniel Aguilar Torres  @taco_mutante

El insecto 2

Fotograma: El insecto durmiente.

Comentamos El insecto durmiente, cinta japonesa disponible en línea.

Mi película favorita de Jim Jarmusch es Paterson (2016), en la que un hombre homónimo maneja un autobús en un pueblo que, también, se llama Paterson. En su día a día, el chofer escribe pequeños poemas inspirados en los pasajeros y aquello que se ve desde las ventanas, inspirado en una obra de William Carlos Williams que, para cerrar la matrioshka, se titula igual. No es que esté usted leyendo la crítica incorrecta, sino que, occidental al fin, ha sido mi referente inmediato al encontrarme con El insecto durmiente (眠る虫,2019), ópera prima de la japonesa Yurina Kaneko, no sólo por la presencia del transporte público como oasis de lo inaudito, sino por la sensibilidad de ambas para con las historias pequeñas.

La anécdota aquí es mínima: Kanako, una guitarrista, disfruta hacer grabaciones de sonidos y voces interesantes que encuentra en la ciudad y escuchándolas luego en su departamento. Un día oye a una anciana tararear una canción, pero ésta termina antes de poder encender la grabadora. Kanako decide seguir a la misteriosa mujer hasta la última estación de una ruta de autobús que desconoce, en búsqueda del sonido que no pudo capturar.

Empieza así una microaventura urbana armada por una serie de encuentros que la directora, como Paterson (poema, personaje, película), presenta con una mirada especial para la poesía cotidiana. Planos largos y depurados que permiten que la narración se pierda, o se encuentre, en las conversaciones y gestos de otros personajes del entorno citadino, que la cámara estudia incluso en sus imposibilidades: en recurrentes espacios cerrados (autobuses, apartamentos), los emplazamientos y encuadres se ven limitados por una arquitectura japonesa cada vez más orientada a optimizar el trance individualista y no la creación de comunidades. Pero al igual que las plantas en uno de los hogares que vemos, la cinefotógrafa se las arregla para darle alma a lugares así.

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Desde el inicio (¿Cómo hablan los fantasmas? es la línea que nos recibe), se nos sitúa en un universo donde lo rutinario y lo aparentemente sobrenatural confluyen si sabe verse así, sumando cada vez más elementos inexplicables desde la razón y remitiendo no al realismo mágico, estilo inherente a Latinoamérica, sino a una interpretación joven y japonesa del onirismo de Weerasethakul (Cementerio del esplendor, 2015) donde no causa mayor extrañamiento encontrarlos en el mismo plano, o bien, lo mundano causa tanta sorpresa como lo increíble.

Kaneko (con e, la directora) le da a Kanako (con a, ¿es la protagonista un alter ego?) un único acompañante permanente para la travesía: la música de Tokiyo, como solista y parte de la banda And Summer Club. En una escena clave de Paterson, un japonés le dice al protagonista (entre una serie de ideas que son también el propio Jarmusch admitiendo la influencia de esta cultura y su cosmogonía en su obra), que leer poesía traducida es como entrar a la regadera con un impermeable puesto. Pues bien, Tokiyo no se preocupa por traducir en música las imágenes o la trama de la cinta, sino por construir las abstracciones que esas dos no pretenden consolidar por sí mismas. De esta manera, El insecto durmiente presenta atmósferas tan evocativas como su título.

Pero su mayor logro resulta ser que lo bello de sus formas no exista sólo porque sí, sino que la joven directora las propone para posicionar con sutileza una defensa de la importancia de las relaciones humanas en un mundo cada vez más industrializado: no son gratuitos tantos diálogos periféricos sobre el abandono y sustitución de espacios de contacto humano por otros más grises: casinos y estacionamientos. Tampoco lo es el placer voyerista que Kanako practica al capturar lo más insólito y bello, por humano, que desentierra de la urbe a través de sus sonidos, repitiéndolos para escapar momentáneamente de la soledad. De cierta forma, el cine es también eso.

El insecto durmiente se exhibe gratis hasta el 30 de septiembre en el portal del Japanese Film Festival.
Da clic aquí para verla.

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